Biró visualizó de inmediato el bolígrafo cuando unos niños jugaban con bolitas en la calle y una de ellas surcó un charco, dejando una estela de agua sucia sobre el asfalto. Con el mismo principio, inventó el desodorante a bolilla, entre sus otras 30 patentes, que incluyen la caja de cambios automática y un dispositivo para obtener energía de las olas del mar. La mayoría de ellos se siguen usando sin modificaciones importantes hasta el momento.